"El cuerpo, una vez que ha empezado, vive solo. Pero soy yo quien continua, quien desenvuelve el pensamiento. Existo. Pienso que existo. ¡Si pudiera dejar de pensar! Intento, lo consigo: me parece que la cabeza se me llena de humo... y vuelve a empezar: "Humo... no pensar... No quiero pensar. No tengo que pensar que no quiero pensar. Porque es un pensamiento". ¿Entonces no se acabará nunca?
En ese mismo momento si existo es porque me horroriza existir. Yo, yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de hundirme en la existencia. Los pensamientos nacen a mis espaldas, como un vértigo, los siento nacer detrás de mi cabeza... si cedo se situarán aquí delante, entre mis ojos, y sigo cediendo, y el pensamiento crece, crece, y ahora, inmenso, me llena por entero.
Mi saliva está azucarada, mi cuerpo tibio; me siento insulso. Mi cortaplumas está sobre la mesa. Lo abro. ¿Por qué no? De todos modos, así introduciría algún cambio. Apoyo la mano izquierda en el anotador y me asesto un buen navajazo en la palma. El movimiento fue demasiado nervioso; la hoja se ha deslizado, la herida es superficial. Sangra. ¿Y qué? ¿Qué es lo que ha cambiado? Sin embargo miro con satisfacción en la hoja blanca, a través de las líneas que tracé hace un rato, ese charquito de sangre que por fin ha cesado de ser yo."
"Se acabó."
o
1 comentarios:
Excelente obra del existencialismo..Buen Blog..Ojalá pudieras poner a mas autores de ésta corriente filosófica pesimista-existencial..
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