viernes, 18 de junio de 2010

José Saramago - Ensayo sobre la ceguera (fragmento)

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"Tengo que recuperar fuerzas, llevame allí. ¿Allí donde? Perdona, sostenme un poco, es ahí mismo, ya te iré indicando. ¿Qué es? Una iglesia."
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"Levantó la cabeza hacia las esbeltas columnas, hacia las altas bóvedas, para comprobar la estabilidad y la seguridad de la circulación sanguínea, luego dijo, Ya estoy bien, pero en aquel mismo instante pensó que se había vuelto loca, o que, desaparecido el vértigo, sufría ahora alucinaciones. No podía ser verdad aquello que los ojos le mostraban, aquel hombre clavado en la cruz con una venda blanca cubriéndole los ojos, y, al lado de una mujer con el corazón traspasado por siete espadas y con los ojos también tapados por una venda blanca. Y no eran sólo este hombre y esta mujer los que así estaban, todas las imágenes de la iglesia tenían los ojos vendados, las esculturas con un paño blanco atado alrededor de la cabeza, y los cuadros con una gruesa pincelada de pintura blanca, y más allá estaba una mujer enseñando a su hija a leer y las dos tenían los ojos tapados, y un hombre con un libro abierto donde se sentaba un niño pequeño, y los dos tenían los ojos tapados, y un viejo de larga barba, con tres llaves en la mano, y tenía los ojos tapados, y otro hombre con el cuerpo acribillado de flechas, y tenía los ojos tapados, y una mujer con una lámpara encendida, y tenía los ojos tapados, y un hombre con heridas en las manos y en los pies y en el pecho, y tenía los ojos tapados, y otro hombre con un león, y los dos tenían los ojos tapados, y otro hombre con un cordero, y los dos tenían los ojos tapados, y otro hombre con una lanza dominando a un hombre caído, con cornamenta el caído y con pies de cabra, y los dos tenían los ojos tapados, y otro hombre con una balanza, y tenía los ojos tapados, y otro viejo apoyado en una espada desenvainada, y tenía los ojos tapados, y una mujer con una paloma y tenían las dos los ojos tapados, y un hombre con dos cuervos, y tenían los tres los ojos tapados, sólo había una mujer que no tenía los ojos tapados porque los llevaba arrancados en una bandeja de plata."
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"Las imágenes ven con los ojos que las ven, sólo ahora la ceguera es para todos. 
Tú sigues viendo. 
Iré viendo menos cada vez, y aunque no pierda la vista, me volveré más ciega cada día porque no tendré quien me vea."
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"...el mayor sacrílego de todos los tiempos y de todas las religiones, el más justo, el más radicalmente humano, el que vino aquí para decir al fin que Dios no merece ver."
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